Todos los materiales usados en esta pieza son elementos reciclados que el artista encontró y restauró él mismo, dándoles la oportunidad de que cobren vida a través del personaje de Popeye el Marino, sin duda uno de los personajes más icónicos de nuestra infancia. Esta obra recuerda a las famosas portadas de la revista Vogue y está hecha con pintura acrílica y spray, con tinta y pan de oro.